Reflexionemos: Venezuela posee el complejo petroquímico más grande del mundo, con una capacidad de refinamiento de más de 1 millón de barriles diarios: El complejo Petroquímico de Paraguaná en Falcón, comprende Amuay, Cardón y Bajo Grande; por otra parte, instalamos en Anzoátegui el imponente Complejo Industrial Petroquímico “Jose”, para convertir el petróleo en materia prima, y en el Zulia tenemos el Complejo petroquímico El Tablazo… Si los venezolanos somos dueño de la materia prima más importante y diversificada del planeta como lo es el petróleo… por qué no estimular la instalación de empresas que utilicen esta materia en la elaboración de productos, en lugar de usar los ingresos del petróleo para fomentar empresas que ensamblan productos confeccionados en el exterior..? Si tenemos petróleo en abundancia, por qué no dirigir los esfuerzos a industrializar todos sus derivados, como bien dijo Arturo Uslar Pietri cuando nos alertó “Hay que sembrar el Petróleo”

 

La lógica nos dice que: si Venezuela es dueña de la materia prima más diversificada del planeta, lo inteligente es promover en el país la instalación de empresas que procesen los derivados del petróleo en la confección de productos terminados, para que podamos ser competitivos en el mercado mundial, y limitar las importaciones hacia productos que no son rentables producir en el país.

 

Ser los dueños de la materia prima, nos permitiría controlar los precios de producción en función a la competitividad… sin embargo, las políticas impuestas por el Sistema Financiero Internacional durante mucho tiempo, nos obligaron a incentivar la instalación de empresas que se limitaban a importar los llamados “CKD”, que no son más que partes y piezas de componentes elaborados por las transnacionales, para ser ensamblados en el país… A través de esas empresas ensambladoras, es la manera de como los países subdesarrollados subsidiamos a los desarrollados.

 

Nuestro “Parque Industrial” se incrementó en las últimas décadas, a las llamadas “empresas ensambladoras” de productos en general, las cuales, ante el bajo Valor Agregado Nacional (mano de obra y materia prima), el alto precio que pagan por los “CKD”, y la especulación, nunca fueron competitivas en el mercado internacional… Pero sin embargo, exigen una gran cantidad de dólares para continuar importando componentes del exterior, muchos de ellos ya obsoletos..! Es un Macabro Plan preconcebido para: mermar las divisas venezolanas, crear la dependencia extranjera, controlar la economía nacional, generar una hiperinflación motivada a la devaluación del bolívar frente al dólar, pero sobre todo, es la manera de esclavizar a la población dependiente de fuentes de trabajo que son generadas por este tipo de empresas transnacionales.